11/06/2012 - IRIB - El conflicto de Siria, intensificado estos días con la amplia
intervención del eje antisirio árabe-occidental, ha creado una
oportunidad para las autoridades israelíes para desviar la opinión
pública regional e internacional de su papel en esta crisis.
El primer ministro Israelí que al
parecer ha olvidado el papel de los sionistas en equipar y armar a los
rebeldes sirios, afirmó ayer que Irán y Hezbollah del Líbano están
implicados en la masacre de los civiles sirios.
Netanyahu mientras intentaba mostrarse
a sí mismo preocupado por las recientes atrocidades y violaciones en
Siria, manifestó que “Bashar al-Asad mata a los civiles y somos testigos
de imágenes terribles de niños y ancianos”.
Estas declaraciones se hacen por parte
de una de las autoridades israelíes que tiene en su historial un largo
antecedente de agresiones y matanza de civiles en la región.
Las últimas masacres perpetradas en
dos aldeas de Siria que los medios de comunicación árabes y
occidentales se esforzaron mucho por atribuir a las fuerzas de seguridad
gubernamentales, son un tema que da mucho que pensar. Las pruebas
presentadas por Damasco a los observadores de la ONU, indican que los
crímenes de los poblados de Hula y Al-Qubeir, han sido cometidos por
los rebeldes armados por Israel y algunos de los vecinos de Siria.
Durante los 15 meses que pasan de la
crisis en Siria, el gobierno de Damasco ha apuntado reiteradas veces al
papel directo de Israel en atizar el conflicto que vive país al armar y
financiar a los opositores al gobierno. De modo que también los lideres
de los rebeldes al ser entrevistados por los medios de difusión
israelíes han hablado abiertamente de su interés en establecer vínculos
con el régimen sionista.
Hace poco una cadena libanesa reveló
que 750 toneladas de armas y municiones han sido despachadas desde
Israel para hacer los preparativos de mayor convulsión en Siria.
Asimismo, un diputado sirio aseguró que la mayoría de las armas
requisadas a los elementos armados y terroristas son de fabricación
israelí.
El conflicto en Siria - que tiene
como objetivo presionar al gobierno de Damasco y derrocar al régimen de
Bashar al-Asad y que cada día adquiere nuevas dimensiones de
violencia y crimen - es producto de una sedición de los enemigos del
gobierno sirio que junto con Irán y el Hezbollah del Líbano forma parte
el frente de la resistencia en cuanto a la cuestión palestina y que
siempre ha adoptado posturas contundentes ante las agresiones de Israel.
No cabe duda de que el cambio del
régimen en Siria es lo que busca el régimen sionista que, para
lograrlo, no escatima esfuerzo para echar leña al fuego del caos e
inseguridad en el país árabe.
Fuente: IRIB
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