lunes, 3 de septiembre de 2012

Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal): Ban Ki-Moon en el vergonzoso espectáculo de títere de EE.UU.

por Finian Cunningham -  Global Research -  30 de Agosto de 2012 - La presencia de Ban Ki-Moon (Ban) junto al líder iraní Mahmoud Ahmadinejad el día en que Irán asumió la Presidencia de las 120 naciones integrantes del Mnoal, podría verse como un golpe a las maquinaciones diplomáticas de los Estados Unidos y sus aliados occidentales, incluido Israel.

Pero no es ese el caso. En lugar de hacer una franca declaración de apoyo de Irán, el veterano diplomático surcoreano exhibió su papel real de títere servil del imperialismo norteamericano.

En las semanas previas a la XVI Cumbre del Mnoal, Washington había pedido al funcionario superior de la ONU que decline asistir a la Conferencia de Teherán. Cuando Ban anunció la semana pasada que de todos modos iría, el Gobierno de Estados Unidos evidentemente se puso de mal humor y opinó que su decisión era "algo extraña".

Previsiblemente, el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu fue más estridente y  denunció la visita de Ban a Irán como "un gran error". En su típico lenguaje vulgar y provocativo, a renglón seguido atacó la Cumbre del Mnoal como "un estigma sobre la humanidad".

Lo que más temían de la Cumbre del Mnoal los Estados Unidos y sus aliados occidentales era el despliegue de buena voluntad y solidaridad hacia Irán. Washington invirtió durante más de tres decenios un enorme capital político en una campaña mundial para desprestigiar a Irán, denunciando a la República Islámica como un "estado villano", patrocinador del "terrorismo internacional" y, en los últimos 10 años, "una amenaza a la paz mundial" debido al supuesto desarrollo de armas nucleares.

Las potencias occidentales, en particular Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, se arrogaron continuamente ser los voceros de la "comunidad internacional" para intimidar a Irán, afirmando que la República Islámica "incumplía con sus obligaciones".

Dichos países materialmente poderosos e Israel, al tratar de presentar a Irán como un "estado vil", lograron, parcialmente, manipular la realidad y creerse, descaradamente, con legitimidad para amenazarlo con ataques militares preventivos e imponer sanciones para paralizar su economía.

Sin embargo, que esta semana hayan asistido a Teherán unas 120 naciones dos tercios de la Asamblea General de la ONU es una resonante manifestación de que la comunidad internacional rechaza rotundamente esa campaña occidental de desprestigio.

Claramente, la mayoría de las personas del mundo no ve a Irán como un estado canalla o una amenaza para la paz mundial. De hecho, el respaldo a Irán para que asuma la presidencia del Mnoal durante los próximos tres años, es vindicación del derecho del país a desarrollarse según sus planes, en los que se incluye el progreso en materia de tecnología nuclear con fines pacíficos.

La Cumbre del Mnoal liquidó de un solo golpe el capital político de Washington invertido para denigrar a la República Islámica y aislarlo por indigno. La simple presencia del Secretario General de la ONU en la reunión cumbre en Teherán, legitimando así la designación de Irán como el nuevo líder del movimiento del Mnoal, fue en parte un voto simbólico de confianza.

Pero luego, en su discurso en dicho día histórico, Ban se involucró en una ofensiva diplomática vergonzosa. Denunció categóricamente a aquellos que "niegan el Holocausto [Nazi]" y que llaman a la destrucción del estado sionista. Ban defendió el "Derecho de Israel a existir" sin una palabra de condena a los decenios de crímenes de lesa humanidad perpetrados por Israel contra el pueblo palestino y sus innumerables violaciones de las resoluciones de la ONU. De esa manera, el jefe de la ONU se transformó en vocero de la propaganda occidental espuria que pretende mancillar la fundamentada oposición de Irán a la criminalidad documentada del estado Sionista.

Luego Ban  emitió las desacreditadas calumnias Occidentales sobre los derechos iraníes al desarrollo nuclear. Dijo que Irán debía utilizar su presidencia del Mnoal para demostrar que perseguía fines pacíficos de modo que se calmen los temores respecto al desarrollo de armas nucleares. Y comprometerse positivamente con el organismo internacional de energía atómica y el grupo dominado por occidente P5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más Alemania,), grupo que ha utilizado cada paso dado con mala fe para dificultar y obstaculizar un acuerdo negociado con Irán.

La pregunta que corresponde es: ¿en qué planeta vive Ban Ki-Moon? Pues Irán ha hecho todo lo posible para cumplir con la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) y con las obligaciones emergente del Tratado de No Proliferación (de armas nucleares) (TNP). Irán ha demostrado consistentemente sus ambiciones en el desarrollo atómico pacífico y su responsabilidad frente al TNP, a diferencia de las potencias occidentales y su estado ilegal villano sionista, pertrechado con armas nucleares. Incluso invitó esta semana a los Estados miembros del Mnoal a visitar sus instalaciones nucleares en Natanz, una manifestación de apertura sin precedentes.

El hecho de que Ban reitere las injuriosas e infundadas sospechas contra Irán el día en que asume la presidencia del Mnoal, es otro deshonor que se agrega a su servilismo abyecto a las potencias occidentales, lo cual subraya la necesidad urgente de una reforma estructural total de las Naciones Unidas con el objeto de que realmente promueva los valores democráticos.

Pero aún fueron más reveladoras o elocuentes las omisiones en el discurso de Ban en la cumbre del Mnoal. A diferencia de sus incisivas críticas a Irán, se valió sólo de un lenguaje confuso para condenar la violencia salvaje en Siria, a pesar de la patente evidencia de que los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y sus aliados, es decir, los turcos, los israelíes y los árabes del Golfo Pérsico, se mofan abiertamente del derecho internacional al alentar y abastecer con todo lo necesario la guerra encubierta de agresión en ese país.

Esta semana, un informe del Congreso de EE.UU. reveló que Estados Unidos es responsable de casi el 80 por ciento de las ventas de armas en 2011, la cual asciende a unos u$s 66 mil millones. Esta cifra triplica el valor de la venta de los años anteriores. La mitad de este comercio de armas y de muerte se realizó con las monarquías del Golfo Pérsico, quienes a su vez las pasan a Siria (para las acciones terroristas). No se escuchó por parte de Ban ninguna palabra de condena por semejante cosa.

El jefe de la ONU tampoco condenó las sanciones económicas ilegales que Washington y su camarilla de aliados imperialistas han arrojado sobre Irán. Esas sanciones son, en realidad, un acto de guerra y la imposición de penalidades y sufrimientos sobre los civiles iraníes, entre los que hay miles de personas discapacitadas que necesitan medicamentos esenciales.

Ban tampoco condenó la guerra encubierta de sabotaje de las potencias occidentales ni el asesinato de científicos iraníes, algunos de cuyos familiares desconsolados asistían a la cumbre del Mnoal mientras hablaba.

En una omisión más reprobable, el Secretario General de la ONU elogió los movimientos prodemocráticos de la (llamada) primavera árabe. Mencionó varios países por su nombre, pero significativamente no incluyó a Bahrein, a pesar de que el pueblo de ese país está siendo masacrado y encarcelado diariamente desde su levantamiento en febrero de 2011. Las potencias occidentales y sus medios de información corporativos no mencionan los estragos de su aliado despótico, es decir, el gobierno de Bahrein, contra mujeres y niños. Y Ban Ki-Moon también guarda silencio.

No, no habló de cosas reales, sino que se refirió a las peores e infundadas calumnias contra Irán, mientras vergonzosamente encubría la criminal agresión occidental en Palestina, Afganistán, Irak, Libia, Siria e Irán y la continua matanza de inocentes con drones norteamericanos en Pakistán, Somalia y Yemen.

El Mnoal significa solidaridad contra la agresión imperial. Ban Ki-Moon, en su discurso en la cumbre del Mnoal, actuó como un títere embajador para sus amos occidentales. Quizá el Mnoal debería buscar que la reforma de la ONU asegure que cualquier futuro jefe de las Naciones Unidas sea verdaderamente representativo de las inquietudes y la angustia de la mayoría del mundo y no un mercader diplomático al servicio de las potencias imperialistas.

Finian Cunningham ha escrito extensamente sobre asuntos internacionales y tiene artículos publicados en varios idiomas. Muchas de sus notas más recientes aparecen en el reconocido sitio de la web  de Globalresearch, con asiento en Canadá. Se graduó en Química Agrícola y trabajó como editor científico de la Royal Society of Chemistry, Cambridge, Inglaterra, antes de dedicarse al periodismo. Se especializa en temas de Medio Oriente y África oriental y también ha dado distintas entrevistas en emisoras radiales estadounidenses así como entrevistas en televisión con Press TV y Russia Today. Los temas de los que se ocupa incluyen el capitalismo, el imperialismo y la guerra, el socialismo, la justicia y la paz, la ciencia y la tecnología, la agricultura y la política comercial, el impacto ecológico y los derechos humanos. También es músico y compositor. Antes residió en Bahrein y fue testigo de los levantamientos políticos en el reino del Golfo Pérsico durante 2011, así como de la brutal represión posterior liderada por los sauditas contra las
protestas pro-democracia. 

Fuente: GlobalResearch 

0 comentarios:

Publicar un comentario