por Israel Shamir - 29 de julio de 2012, Komsomolskaya Pravda /kp.ru/ - Israel
controla a los rebeldes en Siria y no tiene miedo al caos que se está
desatando ahí. A pesar de la opinión de que los israelíes prefieren al
sólido y conservador régimen de Asad, en realidad pretenden somalizar a Siria, conseguir su descomposición en regiones enfrentadas, siguiendo la receta de Iraq.
Es
lo que nos hace pensar la transcripción de la conversación de Avigdor
Lieberman y el primer ministro Benjamín Netanyahu con el presidente
Putin durante su reciente visita que circula entre las personas próximas
al ministro de asuntos exteriores Lieberman. Hemos podido leer este
documento (escrito en hebreo). Permite comprender qué es lo que quiere
Israel y qué es lo que quiere Rusia en el conflicto sirio que se está
agravando.
Aquí están las principales tesis sensacionales.
Netanyahu propuso a Putin ayudar a Bashar Asad a retirarse. “Usted mismo puede designar a su sucesor y nosotros lo apoyaremos”, dijo el primer ministro israelí al presidente ruso. “Pero con una condición – el sucesor que Ud. designe debe romper con Irán”.
Putin respondió que no tiene ningún candidato para suceder a Bashar.
“¿Y ustedes tienen a algún candidato?” – preguntó a su vez. “No”, respondió Netanyahu, “pero lo pensaremos y se lo comunicaremos”.
Si
nos creemos las palabras de Netanyuahu -comentó esas palabras un alto
cargo diplomático ruso retirado-, entonces es que Israel no se opone a
que Siria siga en la órbita rusa, siempre y cuando rompa con Irán. Otra
conclusión más grave sería que Israel posee instrumentos de control
sobre los rebeldes sirios y es capaz de obligarles a aceptar la
candidatura que le conviene. Lo cual obliga a mirar con otros ojos a
aquellas fuerzas que desde detrás de los bastidores respaldan a los
rebeldes – y que estarían detrás de sus protectores visibles, Qatar,
Arabia Saudí y la OTAN.
Difícilmente semejante proposición se podría haber hecho sin la aprobación de Washington, dijo el diplomático.
Pero
posiblemente se tratara de una jugada de prueba, para examinar a Putin –
para ver si está dispuesto a entregar a Asad y la manera de averiguar a
quién considera como su hombre en Damasco. Seguramente, así es como ha
entendido esta propuesta el presidente ruso.
No nos agarramos a Asad – dijo presuntamente Putin – Antes
del comienzo de la rebelión viajaba más a París que a Moscú. No tenemos
planes secretos con respecto al futuro de Siria. Pregunté al presidente
Obama qué objetivos perseguían los EE.UU. en Siria. Por qué no les
satisface Asad. ¿Por qué está enemistado con Israel? ¿Por qué mantiene
amistad con Irán? ¿Apoya a Hezbollah? Pero no recibí ninguna respuesta
seria. Nos indigna el nivel de la violencia aplicada a la población
civil, me dijo Obama. Le contesté que el nivel de la violencia depende
directamente de la actuación de Arabia Saudí y de Qatar. El objetivo de
Israel es somalizar a Siria, después de la somalización de Iraq -dijo Putin, y Netanyahu no lo ha negado.
El
diplomático ruso ha comentado estas palabras de Putin de la siguiente
manera: Putin ha definido la conocida postura de Rusia de que Rusia no
defiende a Bashar Asad a muerte, pero opina que el pueblo de Siria tiene
que decidir su destino por sí mismo. La descripción del objetivo de
Israel como “somalización de Siria”, son unas palabras muy
duras, que también contestan a la pregunta hecha a Obama sobre qué
pretenden los norteamericanos en Siria. Es interesante señalar que
Netanyahu no rechazó semejante valoración, por lo visto, se corresponde
con su visión. De lo mismo hablan los documentos estratégicos de los
analistas israelíes y de los neoconservadores Clean Break y otros.
A lo largo de su visita el presidente Putin ha hecho dos regalos a Israel.
El
primer ministro Netanyahu expresó su descontento por el hecho de que
Rusia entrega a Siria la moderna Defensa Antiaérea, ya que los complejos
de misiles antiaéreos en Siria podrían convertir a todo Israel al norte
de Tel Aviv en un espacio aéreo intransitable.
Como
respuesta presuntamente Putin ha prometido no suministrar 3RK S-300 a
Siria. Netanyahu también ha señalado que la información sobre los
complejos de misiles llega desde Siria a Hezbollah. Putin prometió
investigarlo y detener las filtraciones. “Advertiremos a los sirios que si no cesan, reaccionaremos inmediatamente, también por la línea de la ONU”.
El
diplomático ruso ha señalado que se trata de serias concesiones a
Israel, que causaron gran impresión al líder israelí. Pero, por lo
visto, detrás de estas concesiones está la preocupación de la dirección
rusa de que los 3RK S-300 no queden en las manos de los rebeldes
pro-OTAN.
El ministro de exteriores Lieberman aprovechó el encuentro para quejarse de la Televisión rusa. Él dijo: “De
la corresponsalía de RT en Israel llueve la propaganda anti-israelí.
Organizan programas con [el líder de Hezbollah sheij Saed] Nasrallah.
Intentamos
conversar privadamente con los corresponsales de RT, pero ellos se
escudan en las instrucciones de Moscú. Le pedimos, Vladímir
Vladímirovich, influir en la política de la redacción de RT, haciéndola
más objetiva con respecto a Israel”.
Esta
queja con su sabor tan soviético se inscribe en la política general
israelí de presión sobre la prensa internacional. Hace varias semanas el
embajador israelí en los EE.UU. intentó inmiscuirse en el trabajo de la
empresa televisiva CBS para sabotear el reportaje especial de Bob Simon
sobre los cristianos palestinos, lo que causó una ola de indignación en
los Estados Unidos. Por desgracia, los israelíes aún no se han
acostumbrado a que la prensa no tiene por qué cantarles loas
obligatoriamente.
La
conclusión principal de la transcripción de estas conversaciones
secretas, es que la dirección israelí ha conservado su carácter
aventurero y su predisposición a los riesgos. Mientras Rusia practica la
política tradicional, destinada a mantener la estabilidad en el mundo,
los israelíes piensan: quien no se arriesga no bebe champán.
Están
dispuestos a arriesgarse por un corto período, deponer a Asad,
desatando la guerra civil en Siria, para luego tener en vez de un
poderoso vecino en el norte, a las bandas armadas divididas, incapaces
de detener el avance del ejército israelí hacia Irán, el principal
enemigo de Israel.
(Traducción directa del ruso de Arturo Marián Llanos)
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