sábado, 18 de mayo de 2013

Objetivo de Israel en Siria: prolongar la guerra y maximizar la destrucción

por Dr. Kevin Barret - ¿Qué espera lograr Israel con sus ataques acelerados contra Siria?

Oficialmente, los líderes israelíes afirman que están tratando de impedir el traslado de armamento a Hezbolá. Pero esto parece un pretexto endeble. Hezbolá ya tiene un arsenal bien surtido de misiles, suficiente para disuadir a Israel de no repetir la fallida invasión del Líbano en 2006.

Obviamente, Israel tiene un objetivo estratégico más amplio. Al bombardear objetivos gubernamentales sirios, está tratando de poner trabas a los sirios, quienes están ganando su guerra contra los militantes apoyados desde el extranjero. Los sionistas esperan prolongar la guerra en Siria, maximizar la muerte y la destrucción, convertir a Siria en un Estado fracasado, y extender el caos sectario por todo Oriente Medio.

Esta es la agenda oculta de la explicación de Benjamín Netanyahu sobre su ataque a Siria. En un intento por hacer racional su decisión de bombardear Siria, Netanyahu hizo referencia a su padre al decir: "me enseñó que la mayor responsabilidad que tenemos es garantizar la seguridad de Israel y garantizar su futuro."

Netanyahu invocó el futuro a largo plazo de Israel y admitió tácitamente que su guerra de agresión contra Siria no es sólo un esfuerzo para evitar que unos pocos misiles más entren en el ya múltiple arsenal de Hezbolá. En realidad, la guerra de Israel contra Siria es parte del plan de Oded Yinon, que pretende convertir a los países de Oriente Medio en un pantano rebelde de enclaves étnicos y sectarios balcanizados. Al impedir que el Gobierno de Asad salga victorioso en la guerra y obligar a los militantes a sentarse a la mesa de negociaciones, lo que garantizaría una transferencia gradual, pacífica y estable del poder en Siria, Netanyahu espera convertir a Siria en un permanente Estado fracasado, impulsado por una guerra civil interminable.

Si esto sucede en Siria, Israel se beneficiaría de dos maneras. En primer lugar, Israel ya no tendría que preocuparse por devolver los Altos del Golán y sus aguas, algo que ha estado saqueando desde que se apropió de esa región en su guerra de agresión de 1967.

La segunda y más importante razón que Israel quiere al balcanizar y destruir Siria, es que la violencia sectaria podría catalizar el conflicto entre suníes y chiíes, y otros conflictos étnicos relacionados, por todo Oriente Medio. Si Siria se convierte en una herida permanentemente abierta, la infección se extenderá a toda la región. Esto mantendría a Oriente Medio débil y dividido, permitiendo que la entidad parasitaria extranjera y colonial de asentamientos continúe creciendo para saquear a sus vecinos -y al contribuyente norteamericano.

En otras palabras, un Oriente Medio débil, enfermo, caótico es bueno para Israel. Pero, una zona sana, próspera y unida es la peor pesadilla de Israel.

Así que la estrategia de Tel Aviv es incitar guerras y hacer todo lo posible para mantenerlas activas. Si un lado parece estar ganando terreno, lo que podría llevar a la otra parte a aceptar una resolución pacífica, Israel va a intervenir en favor de la parte que está perdiendo, con el fin de evitar que la paz se logre.

El sionista ultra-extremista, Daniel Pipes, recientemente formuló esa estrategia:
"Las fuerzas del mal representan menos peligro para nosotros cuando están en guerra entre sí. Esto (1) los mantiene enfocados localmente y (2) evita que alguno salga victorioso (y, por tanto, plantee un peligro aún mayor). Las potencias occidentales deberían guiar a los enemigos hacia un punto muerto, ayudando al lado que está perdiendo, con el fin de prolongar su conflicto."

El eje sionista-imperialista ha seguido esta estrategia antes, con un coste atroz de vidas y sufrimiento humano. En 1980, el Occidente gobernado por los sionistas armó a Saddam Hussein y lo incitó a invadir Irán. Pero en 1982, cuando una sorprendentemente contraofensiva eficaz persa estaba a punto de culminar en una victoria a favor de Irán, Occidente intervino de manera decisiva y prodigaron un apoyo abrumador a Saddam. El efecto fue la prolongación del conflicto durante otros horribles seis años. Durante ese período, la política occidental, siguiendo la estrategia sionista, era hacer todo lo posible por prolongar la guerra y maximizar las bajas. A tal efecto, Occidente suministró a Saddam Hussein grandes cantidades de armas químicas para utilizarlas contra los civiles iraníes, así como en el campo de batalla.

Hoy, la estrategia de Israel de "divide y vencerás" está cambiando. En el pasado, los sionistas hicieron todo lo posible para crear problemas, y maximizar la violencia, entre laicos e islamistas. Ahora que la política islámica predomina en la región, los sionistas están tratando de transformar el enfrentamiento secular-islamista, en una guerra civil entre musulmanes suníes y chiíes. Por supuesto, Siria es el lugar perfecto para hacerlo, con su Gobierno relativamente secular, en el que minorías religiosas no sunitas están sobrerrepresentadas. El Gobierno se enfrenta a la oposición, tanto de moderados como de extremistas, a partir de elementos de su población suní- y de terroristas extranjeros que se han unido a los extremistas locales.

En este intento sionista para incitar a la guerra civil dentro de la casa del Islam, la punta de lanza son los takfiris, un movimiento extremista entre la escuela wahabí-salafista del Islam no tradicional suní. Los takfiris rechazan la tradición islámica, que sostiene que todos los musulmanes que dan testimonio de la Unidad Divina y la profecía de Mohamad (P) están dentro de la casa del Islam. Los takfiris creen que son los únicos musulmanes verdaderos; los otros son heréticos y merecen ser asesinados.

El movimiento Takfiri es la herramienta perfecta del sionismo. Donde hay unidad musulmana, un Estado viable, o una sociedad exitosa, simplemente envía a los takfiris para fomentar el odio sectario.

Mejor aún, desde un punto de vista sionista: Los takfiris dan una mala imagen del Islam. Estos fanáticos, que parecen adorar cortar las cabezas de quienes están en desacuerdo con ellos, se están moviendo, propagando anuncios para la islamofobia sionista.

¿Es sólo una coincidencia que el llamado Al-Qaeda, que es más una ideología takfiri que una organización real, mate a un gran número de musulmanes, pero nunca, nunca ataque a Israel?

¿O es "Al-Qaeda" sólo un actor secundario en la estrategia de Oded Yinon para incitar y prolongar las guerras, y transformar Medio Oriente en una región fallida de Estados fracasados?

Fuente: HispanTV

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