Yusuf Fernandez - 08/02/2012 - En
los últimos días, diversas informaciones sobre un supuesto ataque con
bomba que habría destruido supuestamente una gran parte de la planta de
enriquecimiento nuclear de Fordo, en Qom, han estado circulando en los
medios de comunicación occidentales. Sin embargo, su falsedad fue pronto
revelada por varias fuentes.
La historia apareció por vez primera el 25 de enero cuando un
desertor iraní, conocido por el seudónimo de Reza Kahlili, publicó un
artículo, que no contenía prueba alguna, en el sitio estadounidense
wnd.com, en el que afirmaba que la planta de Fordo había sido objeto de
una operación de sabotaje. El artículo afirmaba que una explosión dentro
de Fordo había “destruido gran parte de la instalación y dejado a 240
personas atrapadas a una gran profundidad”.
Sin embargo, las primeras dudas procedieron de la personalidad del
propio autor, ya que Kahlili, un desertor, es ampliamente conocido por
ser un mentiroso a causa de sus anteriores afirmaciones. Él escribió
hace unos meses que Irán tenía armas nucleares.
La única fuente de Kahlili fue Hamid Reza Zakeri, otro desertor
iraní, que es también notorio por sus mentiras contra Irán. Varios
medios de EEUU citaron a un responsable de ese país que dijo que Zakeri
era “un fabricador de historias de proporciones monumentales”.
Ésta no es la primera vez que desertores son utilizados con el fin de
lanzar falsas acusaciones contra un país. En el período que precedió a
la Guerra de Iraq de 2003, la reportera del New York Times Judith Miller
(y algunos otros) publicaron varias historias acerca de las
inexistentes armas de destrucción masiva de Saddam Hussein y estos
reportajes fueron utilizados por la Administración Bush como un pretexto
para lanzar la guerra. Más tarde, todas estas alegaciones resultaron
ser falsas y el periódico se vio obligado a admitir que Miller había
basado sus artículos en lo dicho por desertores iraquíes. En ese
sentido, la justificación de la guerra contra Iraq estuvo construida
sobre una serie de documentos fabricados y de datos de inteligencia
deliberadamente manipulados que los medios de comunicación
estadounidenses reprodujeron sin ningún tipo de verificación o crítica.
Israel difunde la historia
Poco después de que la historia de Fordo apareciera, varios sitios y
responsables israelíes trataron de hacerla parecer auténtica. El sitio
web del periódico israelí Yedioth Aharonot repitió esta afirmación, de
la que se hizo eco más tarde el Times de Londres, que añadió que la
historia había sido verificada por responsables de inteligencia
israelíes. “Estamos todavía en las etapas preliminares de comprender lo
que ocurrió y cómo fue de significativo”, dijo un responsable israelí al
Times de Londres. “Israel cree que los iraníes no han evacuado el área
que rodea a Fordo. No está claro si esto es porque no se han liberado
sustancias dañinas o porque Teherán está intentando evitar el pánico
entre los residentes”.
Por
su parte, el ministro de Defensa israelí en funciones, Avi Dichter,
reaccionó ante la historia diciendo que cualquier explosión en Irán era
“una buena noticia”.
Por supuesto, los responsables israelíes han sabido siempre que la
historia era falsa, pero está claro que querían alimentar la noción de
que ellos -con la ayuda de EEUU- están librando una exitosa guerra
secreta contra Irán con el fin de reforzar su propia posición
extremista. Sin embargo, dado que esas historias han demostrado ser
falsas, se ha producido un efecto contraproducente para ellos porque han
quedado expuestos como mentirosos, una vez más, ante la comunidad
internacional, en especial en la cuestión nuclear de Irán.
Sin embargo, dos altos responsables iraníes desmintieron las
informaciones que hablaban sobre la explosión. El vicedirector de la
Agencia de Energía Atómica de Irán, Shamseddin Barbrudi, dijo que no
había habido ninguna explosión en la instalación de Fordo, según la
agencia de noticias de la República Islámica de Irán. El presidente del
Comité de Política Exterior y Seguridad Nacional, Alaeddin Buruyerdi,
dijo que tales noticias eran “mentiras sin fundamento” dirigidas a crear
un impacto en las conversaciones sobre el programa nuclear de Irán,
señaló IRNA.
Las declaraciones de los iraníes fueron luego confirmadas por la
Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA), que afirmó que no
había señales de ninguna explosión en Fordo. La AIEA tiene cámaras de
retransmisión en directo en el sitio y sus inspectores lo visitan de
forma regular y, de este modo, la agencia habría sabido si él hubiera
estado “en ruinas y con cientos de personas atrapadas en su interior”.
“Nosotros comprendemos que Irán haya negado que haya habido un incidente
en Fordo. Esto es consistente con nuestras observaciones,” dijo la
portavoz de la AIEA, Gill Tudor.
La Casa Blanca también rechazó el informe como nada fiable. “No
tenemos información que confirme las alegaciones contenidas en el
reportaje y no creemos que él sea creíble,” dijo su portavoz, Jay
Carney, en una conferencia de prensa. “No creemos que esos informes sean
creíbles”.
El falso diagrama
La
falsa explosión de Fordo no fue la única fabricación israelí en el tema
nuclear iraní. El 27 de Noviembre de 2002, la agencia Associated Press
publicó un informe que afirmaba que se había descubierto la existencia
de una supuesta evidencia acerca del “trabajo de Irán en una bomba
nuclear”. “Los científicos iraníes han llevado a cabo simulaciones por
ordenador de un arma nuclear, que podría producir más del triple de
fuerza explosiva que la bomba que destruyó Hiroshima,” señaló la
agencia.
Esta evidencia, según AP, era un “gráfico” del que la agencia dijo
que le había sido “filtrado” por “responsables de un país crítico con el
programa atómico de Irán” con el fin de “fortalecer sus argumentos de
que el programa nuclear de Irán debe ser detenido antes de que produzca
un arma atómica”. Además, “un resumen de inteligencia, suministrado
junto con el dibujo”, afirmaba que “Irán no está trabajando sólo en
experimentos aislados, sino en un programa único dirigido a dominar
todos los aspectos del desarrollo de armas nucleares”.
¿Por qué AP ocultó qué país le había entregado el diagrama? La
agencia dijo que los responsables de ese país lo quisieron así, así que
ella accedió al cubrirles con el anonimato. Sin embargo, todo el mundo
estuvo seguro de que era Israel.
El autor del informe de AP, George Jahn, es también famoso porque
cada vez que hay una posibilidad de una solución diplomática en relación
a la cuestión del programa nuclear de Irán, él informa de una
revelación anti-iraní “exclusiva”, siempre suministrada por “el
responsable de un país que sigue el programa nuclear de Irán” o “el
responsable de un país que ha sido crítico con el programa nuclear de
Irán”.
Sin
embargo, los expertos pronto descubrieron que el diagrama era falso y
chapucero. Según el periódico británico The Guardian, el gráfico
simplemente mostraba que “el grueso de la fisión nuclear se produce en
tan sólo un impulso de 0,1 microsegundos”, lo que es de conocimiento
común para cualquier estudiante de física. Más tarde, se descubrió
igualmente que el diagrama está disponible en muchos sitios de Internet y
en los libros de texto. Aún peor, el diagrama contenía enormes errores
que no podían ser cometidos por científicos que trabajaran en un
programa de carácter estatal.
Scott Kemp, un profesor adjunto de ciencia nuclear e ingeniería del
Instituto Tecnológico de Massachusetts, dijo a IPS que sospechaba que el
gráfico filtrado a AP había sido “adaptado de alguna publicación”. Él
afirmó que creía que “se ordenó a los autores que investigaran en las
publicaciones y encontraron ese papel, copiaron el gráfico e idearon su
propio complot a partir del mismo”.
Después de que el fraude quedó expuesto, diplomáticos occidentales
acusaron en privado al Mossad, la agencia de inteligencia israelí de
estar detrás de las filtraciones, que serían parte de un esfuerzo
dirigido a implicar a un iraní asesinado en un supuesto programa de
armas nucleares. Los diplomáticos también dijeron que el Mossad se está
convirtiendo en cada vez más activo en Austria, donde se halla la sede
de la AIEA y donde trabaja George Jahn, con el fin de buscar apoyos para
una guerra contra Irán.
De este modo, lo que AP presentó como un tipo de documento altamente
especializado y muy complejo fue sólo un gráfico muy común, que puede
ser fácilmente hallado en Internet. La agencia ayudó a crear y difundir
un peligroso fraude y su credibilidad se vio gravemente dañada por este
serio incidente que demostró que ella se dejó manipular por responsables
de “un estado anónimo” con el fin de incriminar a Irán. La agencia no
dijo al público quien fue el que le suministró la información falsa y
engañosa con el fin evidente de llevar a la opinión pública a creer de
forma errónea que Irán tenía un programa de armas nucleares.
Recientemente y después de haber sufrido una fuerte derrota en las
pasadas elecciones parlamentarias, donde él y su socio de extrema
derecha Avigdor Lieberman perdieron el 25% de sus escaños en el Knesset,
el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, intentó ocultar su
actual debilidad política intentando desviar la atención de la opinión
pública hacia el tema de Irán. En su “discurso de la victoria”, él
insistió en que su primer desafío sería el “impedir que Irán obtenga
armas nucleares”.
Por supuesto, esta retórica no engaña a nadie, ya que incluso los
informes de EEUU y la AIEA reconocen que Irán continúa utilizando el
enriquecimiento de uranio sólo para fines civiles. Los responsables
estadounidenses han señalado recientemente que la evaluación incluida en
la Estimación Nacional de Inteligencia de 2010, que afirma que no
existen evidencias de ningún programa de armas nucleares de Irán,
continúa siendo objeto de consenso por parte de las 16 agencias de
inteligencia estadounidenses.
La comunidad internacional está harta de las falsas alegaciones y
fabricaciones israelíes contra Irán. Netanyahu y los sionistas que le
apoyan en EEUU probablemente saben que la opinión pública norteamericana
y occidental ya no puede ser manipulada para que apoye un ataque contra
Irán, como demuestran las encuestas.
Otra guerra “por Israel” en Oriente Medio no beneficiaría a nadie
sino a la extrema derecha en Israel, al lobby pro-israelí en EEUU y a
sus agentes neocon. Ella no sólo devastaría Oriente Medio y causaría la
muerte a cientos de miles de personas, si no más, sino que también
produciría un conflicto de varias décadas de duración entre el mundo
musulmán y Occidente, que llevaría también a la destrucción de la
economía occidental. Debido a todo esto, la comunidad internacional y
los pueblos del mundo deben oponerse a estos complots sionistas que
amenazan la existencia y esperanzas de la humanidad.
Fuente: Al Manar
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