domingo, 3 de febrero de 2013

EEUU y su cuento de hadas nuclear sobre Irán

por Ismail Salami - HispanTV - En un informe de 155 páginas, cuatro expertos nucleares estadounidenses han hecho un llamado a la Administración de Obama para que imponga sanciones económicas más fuertes contra Irán y recurra a “operaciones abiertas” mediante el uso de aviones de guerra y misiles contra las instalaciones nucleares iraníes.

Independientemente del hecho de que la macabra mentalidad de esta naturaleza solo ayuda a avivar el caos y sirve de estímulo para difundir el pandemónium en la región, cualquier mención de una política similar, sin considerar su adopción, conllevará de forma gradual a una serie de innumerables legitimaciones militares.

Redactado por Mark Dubowitz, quien dirige una fundación sionista para la Defensa de las Democracias (FDD, por sus siglas en inglés) y David Albright, físico de profesión y director del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional (ISIS, por sus siglas en inglés), quien fue encargado de elaborar las mentiras y mitos sobre Iraq, respecto a la tenencia de armas de destrucción masiva y que condujo al país en un abismal vórtice de destrucción y devastación, el informe se puede ver a la luz de otro intento manifiestamente descarado de los Estados Unidos para continuar con el militarismo en Oriente Medio.

Bajo el apodo de “Estrategia Norteamericana de No proliferación para el Cambiante Medio Oriente”, el informe no menciona a ningún otro país de la región que pueda estar encaminando un programa nuclear armamentístico, y por el contrario, se centra en gran medida en la República Islámica de Irán. Los autores del informe conspirativo instan a Washington a “realizar preparaciones adicionales abiertas para el uso de aeronaves y/o misiles en aras de destruir la capacidad nuclear de Irán con explosivos de gran potencia” e “incrementar el aislamiento de Irán, tanto mediante el cambio de régimen en Siria como en la profundización del aislamiento diplomático.”

Naturalmente, las palabras han sido seleccionadas de forma deliberada y cuidadosa en el informe. Al referirse a “preparaciones abiertas”, los autores admiten explícitamente que el Gobierno de los EE.UU., en el pasado, había empleado “preparaciones encubiertas”, como por ejemplo el asesinato de científicos nucleares iraníes y la infiltración e interrupción de los sistemas informáticos. En una parte del informe, los autores se refieren, sin ningún tipo de ambigüedad, a las actividades de sabotaje de Washington en Irán. Dicen: “Reportajes de prensa indican que el sabotaje se ha empleado para ralentizar el programa nuclear iraní, tanto mediante la infiltración e interrupción de las redes de suministro como con ciberataques diseñados para infligir daños físicos al programa. La utilización juiciosa de esta herramienta debería incluirse en los continuos esfuerzos de los Estados Unidos para detener el programa nuclear iraní.”

Irán estará a salvo, reza el informe, únicamente si acepta los términos establecidos por los autores. En otras palabras, Irán tiene que ceñirse a los términos planteados en el estudio, que son los siguientes:

1) la suspensión, por parte de Irán, de los siguientes trabajos de proliferación nuclear: (a) toda actividad relacionada con el enriquecimiento y reproceso, incluyendo la investigación y el desarrollo, a ser verificado por la AIEA; y (b) el trabajo en todos los proyectos de aguas pesadas, incluyendo la construcción de un reactor investigativo regulado por agua pesada, también a ser verificado por la AIEA;

2) Irán deberá proveer todo el acceso y cooperación que la AIEA requiera para ser capaz de comprobar la suspensión de actividades y resolver todos los temas relevantes, según ha sido identificado en los informes de la AIEA;

3) una contabilidad completa y la resolución de todas las interrogantes relevantes sobre el pasado de Irán y cualquier tipo de actividades actuales (según el tiempo del acuerdo) relacionadas con armas nucleares;

4) el cierre total de la instalación de Fordu y cualquier otra instalación de enriquecimiento ubicada a grandes profundidades, ya sea completa o en construcción; y

5) el acuerdo vinculante de Irán a inspecciones intrusivas y abarcadoras, que sean al menos tan estrictas como las señaladas en el protocolo Adicional de la AIEA.

A decir verdad, estos términos no son nuevos y apestan a una influencia sionista que contamina la ya descompuesta política norteamericana. El 9 de mayo de 2012, poco antes de las conversaciones del 23 de ese mes en Bagdad, donde 6 potencias mundiales fueron seleccionadas para sentarse a la mesa con las autoridades iraníes y resolver el tan nombrado tema nuclear, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, dijo que las conversaciones serían fructíferas si Irán acepta “detener el enriquecimiento de uranio, embarcar sus reservas de uranio enriquecido fuera del país y desmantelar una instalación subterránea de enriquecimiento cerca de la ciudad de Qom (Fordo).” Notablemente, en mayo, cuando se celebró la reunión entre la AIEA e Irán, estas exigencias aparecían exactamente (pero no coincidentemente) en la agenda de la AIEA, y se le exigió a la parte iraní que las cumpliera si deseaba cualquier solución del tema.

Algo que revolotea en la mente, como razonablemente aceptable, es que los autores no son admiradores políticos; por el contrario, ellos están tan macabramente obsesionados con allanar el camino para una nueva guerra devastadora en Oriente Medio, que están maquinando otro cuento de hadas, tal como hicieran David Albright y su “compañía” en Iraq.

En realidad, mentiras similares se dijeron sobre Iraq, antes de la invasión del país por los EUA. Las agencias de inteligencia estadounidenses anunciaron en 2003 que Iraq “podría estar planeando un ataque químico o biológico contra ciudadanos estadounidenses, mediante el uso de aviones teledirigidos equipados con mapas de rastreo GPS.” Incluso dijeron que estos “vehículos ya habían sido, o podrían ser, transportados” dentro de los Estados Unidos. Añadiendo otra evidente mentira al tema: “Iraq podría estar ‘a meses’ de construir una bomba nuclear. Los analistas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, IISS, dijeron en 2002 que Saddam Husein, en ‘meses’, podría ensamblar una bomba nuclear y que, posiblemente, habría acumulado cientos de litros de ántrax letal.”

El anterior presidente norteamericano, Goege W. Bush, quien tenía un enorme interés por lanzar una guerra en Medio Oriente, reveló ‘nueva evidencia’, que según él, mostraba el ‘continuo apetito’ de Iraq por las bombas nucleares. Su evidencia: Iraq había intentado comprar miles de tubos de aluminio de alta resistencia, de los que según Bush, “eran usados en el enriquecimiento de uranio para armamento nuclear.” Bush presentó este documento ante la ONU para justificar una futura invasión a Iraq. Sin embargo, los inspectores de armas nucleares de la ONU realizaron varias investigaciones, durante semanas, y se convencieron de que los tubos nunca habían estado destinados al enriquecimiento de uranio (Ver Iraq, mentiras, encubrimientos y consecuencias, por Rodney Sitch, pág. 14).

La guerra de Iraq se declaró por la fuerza de un montón de mentiras diseminadas por todos y cada uno de los miembros del Gobierno de EE.UU. y se cobró la vida de más de un millón de personas.

La amarga ironía es que quienes son responsables de arruinar las vidas de un millón de personas, no están encadenados sorprendentemente con grilletes en espera de un duro castigo como necesita la esencia de la humanidad, ellos están libres y, para colmo, se les otorga la libertad de continuar con sus mitos e involucrarse en otra travesura militar.

ybm/ab/
Fuente: HispanTV

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